Memoria de elefante
Entre paquetazo y reeleción se han olvidado de algunos temas. Parece ser que hablar del Tratado de Libre Comercio, del voto elctrónico, de las Harley-Davidson que se compraron para darle un carácter de fuerza a la policía pero que sólo patrullaron los primeros días en ellas y después nadie las ha visto, o hablar de la ratonera que hay en el Darío Contreras está out.
Estar tan centrados en un solo tema nos deja ciego ante todo lo demás. Un ejemplo es la situación de los autobuses de la Oficina Metropolitana de Servicio de Autobuses (OMSA). El 26 de enero la OMSA cumple 9 años de haber llegado al país y de una flota de alrededor de 900 autobuses que habían en el 1996, para el 2004 sólo alrededor de 200 funcionaban.
Según el director de Operaciones de la OMSA, la mayoría de los autobuses que estaban descartados aún se encontraban dentro de su vida útil. Afortunadamente pudieron reparar 200 autobuses y los otros los utilizaron para obtener piezas. Actualmente hay alrededor de 500 autobuses OMSA, de los cuales sólo 300 están funcionando, entre Santiago y Santo Domingo.
Sí recordamos, veríamos que al principio el sistema OMSA era organizado, hasta tenía una vía como corredor exclusivo. Ha medida que ha pasado el tiempo se ha ido deteriorando el servicio y hasta los autobuses que compraron para los Juegos Panamericanos se ven viejos, otros en muy mal estado.
Lo irónico de todo es que tenemos autobuses usados que fueron donados por España que parecen nuevos aunque ya tengan alrededor de 15 años de uso. La dirección de operaciones asegura que se hace todo lo posible por sacarle el mejor provecho a los autobuses pero que no se puede comparar el uso que se le dará en países organizados y con niveles de educación más altos. Dice que en nuestro país, con la poca conciencia del usuario y del operador, las avenidas y calles llenas de hoyos la vida útil de un autobús es de 5 a 8 años. Esperamos que los vagones del Metro duren un poquito más que eso.
Entre paquetazo y reeleción se han olvidado de algunos temas. Parece ser que hablar del Tratado de Libre Comercio, del voto elctrónico, de las Harley-Davidson que se compraron para darle un carácter de fuerza a la policía pero que sólo patrullaron los primeros días en ellas y después nadie las ha visto, o hablar de la ratonera que hay en el Darío Contreras está out.
Estar tan centrados en un solo tema nos deja ciego ante todo lo demás. Un ejemplo es la situación de los autobuses de la Oficina Metropolitana de Servicio de Autobuses (OMSA). El 26 de enero la OMSA cumple 9 años de haber llegado al país y de una flota de alrededor de 900 autobuses que habían en el 1996, para el 2004 sólo alrededor de 200 funcionaban.
Según el director de Operaciones de la OMSA, la mayoría de los autobuses que estaban descartados aún se encontraban dentro de su vida útil. Afortunadamente pudieron reparar 200 autobuses y los otros los utilizaron para obtener piezas. Actualmente hay alrededor de 500 autobuses OMSA, de los cuales sólo 300 están funcionando, entre Santiago y Santo Domingo.
Sí recordamos, veríamos que al principio el sistema OMSA era organizado, hasta tenía una vía como corredor exclusivo. Ha medida que ha pasado el tiempo se ha ido deteriorando el servicio y hasta los autobuses que compraron para los Juegos Panamericanos se ven viejos, otros en muy mal estado.
Lo irónico de todo es que tenemos autobuses usados que fueron donados por España que parecen nuevos aunque ya tengan alrededor de 15 años de uso. La dirección de operaciones asegura que se hace todo lo posible por sacarle el mejor provecho a los autobuses pero que no se puede comparar el uso que se le dará en países organizados y con niveles de educación más altos. Dice que en nuestro país, con la poca conciencia del usuario y del operador, las avenidas y calles llenas de hoyos la vida útil de un autobús es de 5 a 8 años. Esperamos que los vagones del Metro duren un poquito más que eso.
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