sábado, 24 de marzo de 2007

La obesidad es una epidemia

Columna: A tu salud


La gordura en las sociedades modernas
¿Eres gordo?, aquí está la fórmula para rebajar


Por Alexandra Santana


…te miras al espejo y recuerdas este montonal de expresiones, escuchadas y leídas en artículos de prensa y en las revistas de espectáculos; repetidas por líderes de opinión y aborrecidas por modelos o artistas. Piensas que mantener una figura estilizada es la enfermedad de la modernidad y las dietas los medicamentos idóneos.

Te ríes con la idea de que la gordura es el cuco de las jovencitas de 15 o los adolescentes de 18. Es un problema para la menopausia y el autoestima femenino a los 45, y un obstáculo para la andropausia, cuando a los 50, los caballeros comienzan a ser jevitos. Ser gordo es casi un pecado en la sociedad del consumismo, en la era de la propaganda y la publicidad. Por eso se vende un estilo light o quizás “una vida saludable”, pero ¿qué es eso?

-Pan con queso, respondería un niño.
-Un producto de la sociedad capitalista, diría un adulto responsable.

Tanto trauma por bajar de peso, tantas cifras alarmantes sobre la cantidad de obesos en el mundo, nos hace olvidar el verdadero sentido de la vida. Lo que los filósofos, Sócrates, Platón y Aristóteles, han establecido como el fin último de cada ciudadano o lo que Chris Gardner, en la película Pursuit of happyness, persigue: la felicidad.

Es necesario entender que existen contexturas físicas o problemas hormonales que les impiden a algunas personas ser ultraflacas e insertarse en el estereotipo. Hay que entender que la gordura no siempre guarda relación con la comida chatarra. Hay que precisar que realmente no importa cuánto pesa tu cuerpo, sino tu alma, porque al final del camino es lo único que se puede salvar.

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, Estados Unidos es el número
Uno, entre los países desarrollados, con mayores índices de sobrepeso. En República Dominicana no existen estadísticas en ese sentido, hasta el momento, pero sí una fuerte influencia de los estilos de vida occidental, de su rapidez y sedentarismo; de su comida chatarra y trabajos estresantes; de sus frustraciones y estereotipos. De ellos hemos heredado este complejo.

El escritor Vargas Llosa decía la siguiente estupidez: “La gordura es sinónimo de pereza mental”, me atrevo a rebatir esto con la frase, trata de comer saludable y balanceado, para prevenir la pereza mental. Ser gordo no es un pecado, a veces es irremediable.


Con esta expresión vuelvo a la realidad, me sigo mirando en el espejo y me sonrojo al considerarme sexy, aún siendo gordita. Me llamo Nancy y durante años he llevado dietas. Me las sé todas: South Beach, dieta de la manzana, del yogurt, de la sopa. Algunas más equilibradas como la Atkins o los famosos parches. Luego de años absteniéndome del placer de comer, soñando con una figura que me haría “mejor persona”, me di cuenta que se trata de un problema hormonal. Que mi cuerpo se resiste a un cambio radical y que ser gorda no me hace peor persona, ni diferente.

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