Crónica
En Santo Domingo sólo existe una casa para bolear
Por Judith Rodríguez
Año 1958, la primera Bolera Club aparece para atraer la atención de jóvenes y adultos, con un deporte que según el Dr. Angel Gesualdo, en su libro El Boliche y Yo, no era muy conocido en aquel tiempo.
"Rumbo a nuestro habitual encuentro con los amigos, leímos un letrero que decía Bolera Club. Lo pasamos desapercibidos", dijo Gesualdo. Él pensaba que se trataba de un sitio exclusivo de la familia de Trujillo, hasta que un amigo le aclaró que era un lugar público donde se introducía en el país un juego popular en los Estados Unidos: el bowling.
Por Judith Rodríguez
Año 1958, la primera Bolera Club aparece para atraer la atención de jóvenes y adultos, con un deporte que según el Dr. Angel Gesualdo, en su libro El Boliche y Yo, no era muy conocido en aquel tiempo.
"Rumbo a nuestro habitual encuentro con los amigos, leímos un letrero que decía Bolera Club. Lo pasamos desapercibidos", dijo Gesualdo. Él pensaba que se trataba de un sitio exclusivo de la familia de Trujillo, hasta que un amigo le aclaró que era un lugar público donde se introducía en el país un juego popular en los Estados Unidos: el bowling.
En aquel tiempo, cada juego en Bolera Club costaba 25 centavos, y los interesados pagaban esta cantidad por los zapatos y las bolas de boliche, que en la mayoría de los casos, no bastaban para la cantidad de jugadores.
Poco a poco, se fueron formando los primeros grupos. "No era una bolera automática y los pines eran colocados por muchachos que estaban detrás de las canchas protegidas por una mampara forrada de guata", escribió Gesualdo.
Los juegos se hacían cada vez más intensos. Jugadores como Pupy Michel, Francisco Prats, Iván Álvarez y el propio Gesualdo eran de los "fiebruces" que llevaban los promedios más altos.
Sin embargo entre los años 59 y 61, la situación política del país era insegura y la bolera, que quedaba ubicada en el sótano del edificio Baquero en la zona colonial, se convirtió en el centro de atracción para los calieses quienes, según Puppy Michel, primer jugador en llevar a cabo un juego perfecto, iban de incógnita para descubrir cualquier plan insurgente-
A finales de los 60's la Bolera Club fue cerrada debido a la crisis política y luego el ajusticiamiento de Trujillo. Este deporte se había convertido en una innovación en el país y personas de distintas clases sociales, sobretodo intelectuales que practicaban y perfeccionaban.
Se tomó 14 años para que a final del año 1973, se inaugura la bolera Boleraza propiedad de Eliseo Sánchez, ubicada en el edificio Naco, otra vez en el sótano. Ésta consistía en una bolera automática de 8 pistas.
El deporte, según Puppy Michel, retoma auge en Santo Domingo. "Todo al principio era un lleno, luego se fue aflojando, porque al parecer los dominicanos no somos tan consistentes en las cosas".
Un año después, cita el libro El Boliche y Yo, se inaugura la primera liga de boliche con el patrocinio de Marlboro. El bowling estaba tomando cuerpo en el país y ya para el año 1974, el país fue invitado a participar en el torneo de Las Américas en la ciudad de Miami, hecho que obligó a que se formara una federación de boliche en República Dominicana, "Para poder asistir al torneo era necesario tener el aval de una institución que erigiera el boliche, por ello se forma la FDB", escribió Gesualdo.
Para el año 1976, el país ingresa a la federación de boleadores de la zona americana FIQ.
En los años 80's la Bolerama vuelve a ser cerrada. "No hubo bolera hasta que fue inaugurada la Sebelén Bowling Center en el 1995 y ella trae consigo nuevamente a un gran número de interesados en el deporte", expresó Gesualdo. Dos o tres años después la situación desmejoró un poco.
Este deporte, considerado el segundo más difícil porque requiere de suma concentración, en la actualidad continúa creciendo y adquiriendo mayor popularidad entre los dominicanos: "Ahora tenemos mayores herramientas para atraer más público para este deporte, tenemos la publicidad, nuevas técnicas de juego, profesores que como Liliana Sebelen enseñan a niños y adultos el arte del juego", expresó Puppy Michel, quien considera que este deporte crecerá por el carácter familiar que posee. "Es un deporte que lo puedes jugar en familia y de un modo sano".
En la actualidad, según Ryan Báez, gerente del Sebelen Bowling Center, las ligas para jugar bolos han crecido de un modo rápido. "Existen alrededor de 20 ligas de boliche que vienen de empresas o son patrocinadas por ellas, una de las mas antiguas es la Bolera Club". A esto se le añade la construcción de otras boleras en el país. "Ahora también contamos con la bolera Cibao Lanes, en Santiago , y Punta Cana Lanes, de Tuto Fernández. Esto permitirá que más dominicanos se acerquen al deporte", dijo Báez.
Insert:
Otras casas de boliche, como la Cibao Lanes y la Punta Cana Lanes, han surgido en diferentes puntos del país para añadir nuevos jugadores y nuevas ligas a las ya existentes.
Poco a poco, se fueron formando los primeros grupos. "No era una bolera automática y los pines eran colocados por muchachos que estaban detrás de las canchas protegidas por una mampara forrada de guata", escribió Gesualdo.
Los juegos se hacían cada vez más intensos. Jugadores como Pupy Michel, Francisco Prats, Iván Álvarez y el propio Gesualdo eran de los "fiebruces" que llevaban los promedios más altos.
Sin embargo entre los años 59 y 61, la situación política del país era insegura y la bolera, que quedaba ubicada en el sótano del edificio Baquero en la zona colonial, se convirtió en el centro de atracción para los calieses quienes, según Puppy Michel, primer jugador en llevar a cabo un juego perfecto, iban de incógnita para descubrir cualquier plan insurgente-
A finales de los 60's la Bolera Club fue cerrada debido a la crisis política y luego el ajusticiamiento de Trujillo. Este deporte se había convertido en una innovación en el país y personas de distintas clases sociales, sobretodo intelectuales que practicaban y perfeccionaban.
Se tomó 14 años para que a final del año 1973, se inaugura la bolera Boleraza propiedad de Eliseo Sánchez, ubicada en el edificio Naco, otra vez en el sótano. Ésta consistía en una bolera automática de 8 pistas.
El deporte, según Puppy Michel, retoma auge en Santo Domingo. "Todo al principio era un lleno, luego se fue aflojando, porque al parecer los dominicanos no somos tan consistentes en las cosas".
Un año después, cita el libro El Boliche y Yo, se inaugura la primera liga de boliche con el patrocinio de Marlboro. El bowling estaba tomando cuerpo en el país y ya para el año 1974, el país fue invitado a participar en el torneo de Las Américas en la ciudad de Miami, hecho que obligó a que se formara una federación de boliche en República Dominicana, "Para poder asistir al torneo era necesario tener el aval de una institución que erigiera el boliche, por ello se forma la FDB", escribió Gesualdo.
Para el año 1976, el país ingresa a la federación de boleadores de la zona americana FIQ.
En los años 80's la Bolerama vuelve a ser cerrada. "No hubo bolera hasta que fue inaugurada la Sebelén Bowling Center en el 1995 y ella trae consigo nuevamente a un gran número de interesados en el deporte", expresó Gesualdo. Dos o tres años después la situación desmejoró un poco.
Este deporte, considerado el segundo más difícil porque requiere de suma concentración, en la actualidad continúa creciendo y adquiriendo mayor popularidad entre los dominicanos: "Ahora tenemos mayores herramientas para atraer más público para este deporte, tenemos la publicidad, nuevas técnicas de juego, profesores que como Liliana Sebelen enseñan a niños y adultos el arte del juego", expresó Puppy Michel, quien considera que este deporte crecerá por el carácter familiar que posee. "Es un deporte que lo puedes jugar en familia y de un modo sano".
En la actualidad, según Ryan Báez, gerente del Sebelen Bowling Center, las ligas para jugar bolos han crecido de un modo rápido. "Existen alrededor de 20 ligas de boliche que vienen de empresas o son patrocinadas por ellas, una de las mas antiguas es la Bolera Club". A esto se le añade la construcción de otras boleras en el país. "Ahora también contamos con la bolera Cibao Lanes, en Santiago , y Punta Cana Lanes, de Tuto Fernández. Esto permitirá que más dominicanos se acerquen al deporte", dijo Báez.
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Otras casas de boliche, como la Cibao Lanes y la Punta Cana Lanes, han surgido en diferentes puntos del país para añadir nuevos jugadores y nuevas ligas a las ya existentes.
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