Un brillo en la mirada y una sonrisa amplia delatan su pasión por el deporte
Por Alexandra Santana
Reside en Andrés Boca Chica, es estudiante del noveno semestre de derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), trabaja en el Sindicato de Camiones de Volteo de La Caleta y es karateca desde hace 14 años. Se llama Luisa Brown.
"Mi madre, Cándida Castillo, fue que me inscribió en karate cuando tenía 12 años". Brown es la tercera de una familia de cinco hermanos, tres mujeres y un hombre. Todos, desde jovencitos, fueron inscritos en la Escuela de Karate Do de Boca Chica, La Caleta, pero sólo ella y su hermano, Carlos Brown, completaron los estudios.
"Hace cinco años trabajo en wado. Es una técnica muy parecida al karate do, pero más exigente, participas en más peleas y el cambio de cinturón requiere del aprendizaje de varias posiciones", comenta a Mangú RD.
Brown ha participado en más de 15 torneos en diferentes pueblos del país, como San Pedro de Macorís y Santiago. En Santo Domingo sus triunfos son constantes en los encuentros de wado, del club Casa España y en la competencia Tony Barreiro, que se celebra cada año en la UASD. Cuatro trofeos y dos medallas testifican su triunfo.
"Soy cinturón marrón y mi sueño es alcanzar el negro”, dice Brown, mientras un brillo en su mirada y una sonrisa amplia delatan su pasión por el karate. Su interés es atraer a otras personas a que lo conozcan y a que lo disfruten tanto como ella.
A Luisa le han partido la boca, la nariz, golpeado los ojos y se le han hinchado los pies; pero entiende que los golpes dejan de doler y la hinchazón se desinflama, lo que no se esfuma es su entusiasmo hacia una disciplina que implica riesgos, pero también una descarga de energía negativa.
“Mi cuerpo se siente más liviano. Practicar wado es desprenderse de las vibras negativas", dice Brown con entusiasmo. Este tipo de deportes te da una disciplina que puede ser aplicada en cualquier área de la vida: trabajo, estudios", expresó orgullosa de su vocación y dedicación al wado.
Por Alexandra Santana
Reside en Andrés Boca Chica, es estudiante del noveno semestre de derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), trabaja en el Sindicato de Camiones de Volteo de La Caleta y es karateca desde hace 14 años. Se llama Luisa Brown.
"Mi madre, Cándida Castillo, fue que me inscribió en karate cuando tenía 12 años". Brown es la tercera de una familia de cinco hermanos, tres mujeres y un hombre. Todos, desde jovencitos, fueron inscritos en la Escuela de Karate Do de Boca Chica, La Caleta, pero sólo ella y su hermano, Carlos Brown, completaron los estudios.
"Hace cinco años trabajo en wado. Es una técnica muy parecida al karate do, pero más exigente, participas en más peleas y el cambio de cinturón requiere del aprendizaje de varias posiciones", comenta a Mangú RD.
Brown ha participado en más de 15 torneos en diferentes pueblos del país, como San Pedro de Macorís y Santiago. En Santo Domingo sus triunfos son constantes en los encuentros de wado, del club Casa España y en la competencia Tony Barreiro, que se celebra cada año en la UASD. Cuatro trofeos y dos medallas testifican su triunfo.
"Soy cinturón marrón y mi sueño es alcanzar el negro”, dice Brown, mientras un brillo en su mirada y una sonrisa amplia delatan su pasión por el karate. Su interés es atraer a otras personas a que lo conozcan y a que lo disfruten tanto como ella.
A Luisa le han partido la boca, la nariz, golpeado los ojos y se le han hinchado los pies; pero entiende que los golpes dejan de doler y la hinchazón se desinflama, lo que no se esfuma es su entusiasmo hacia una disciplina que implica riesgos, pero también una descarga de energía negativa.
“Mi cuerpo se siente más liviano. Practicar wado es desprenderse de las vibras negativas", dice Brown con entusiasmo. Este tipo de deportes te da una disciplina que puede ser aplicada en cualquier área de la vida: trabajo, estudios", expresó orgullosa de su vocación y dedicación al wado.
Cuando Luisa tiene problemas practica, corre, se ejercita y recuerda sus metas de lograr cinturón negro y de entregar lo mejor de si en cada competencia.
La concentración y una actitud positiva son fundamentales en este deporte. Mientras uno pelea, se aísla y se focaliza sólo en eso.
Brown admira a su profesor,José Espíritu, quien a pesar de las adversidades ha permanecido en la escuela, persistente y puntual. Aunque la gente se retira y pierde el interés, él continúa enseñando.
Actualmente, 15 participantes se entrenan en el local del partido reformista de La Caleta, porque no tienen un espacio propio. Hace 5 años, el grupo lucha por conseguir un terreno dónde construir la escuela.
El karate es una disciplina de defensa que trabaja con tres elementos que se coordinan: mente, puños y piernas. El taekwondo, karate do, judo, wado son técnicas que se derivan del karate, pero que emplean diferentes zonas del cuerpo en el deporte y que tiene otros objetivos.
El cinturón negro es el renglón más alto y para lograrlo el competidor debe someterse a exámenes y superar diferentes catas, que es un conjunto de posiciones coordinadas que se realizan una detrás de otra. "Para pasar de un cinturón a otro hay que aprobar 1 ó 2 catas".
El chijan, o maestro, te enseña a practicar, a pelear en competencias, pero también a defenderte en la vida diaria.
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